CEC, fue y sigue siendo un ministerio clave a través del cual Dios me ha hecho crecer en fe y comunidad. Me ha enseñado el valor de la palabra de Dios y la importancia de los hermanos en Cristo en mi vida.
En CEC he aprendido a estudiar la palabra de Dios, a encontrar personas que pueden edificar mi vida y también ser de bendición para otros.
CEC ha sido un espacio de crecimiento invaluable. Servirle en las células de la UTP, proclamar a Jesús, la centralidad en la Palabra, formación y amistades genuinas. ¡Toda una bendición!
La centralidad en la Palabra, a través de un acercamiento genuino y libre de pensamientos e ideas preconcebidas sobre el texto bíblico. Dicho acercamiento me ha permitido estar más consciente de quién es Dios y su buena voluntad para mi vida con relación a mi prójimo y mi propósito en esta sociedad.
CEC me ayudó como mujer, cristiana y profesional. Con los estudios bíblicos, campamentos y seminarios; pude fortalecer mi fe, crecer espiritualmente y alcanzar a varios estudiantes que sirven a Jesús. Hoy, estoy casada, tengo dos hijas de 18 y 21 años, una de ellas es líder estudiantil en una universidad en el extranjero de IFES.
